Hoy no escribiré nada, solo copiaré esta noticia del "Diario
Financiero".
El economista y ex ministro José Piñera, destacó hoy que
para que América Latina y especialmente Chile alcancen el desarrollo, deben
realizar mayores cambios educacionales."Tenemos que hacer una revolución
educacional distinta a la de hoy día", dijo enfático.
En una presentación que ordenó como un decálogo, Piñera
sostuvo que la educación está siendo tomada por los Estados simplemente de
manera social. "Hoy la reforma educacional es un tema de créditos,
de becas. Eso es una política social que puede ser necesaria o no, pero eso no
es una política educacional", señaló el experto en el primero congreso
RIPE 2012 organizado por Diario Financiero y en el que también participó el ex
presidente Ricardo Lagos y el ministro de Hacienda, Felipe
Larraín.
Para Piñera, la revolución de la educación tiene que ver con
el cambio de los contenidos, "seguimos enseñando las batallas, las fechas
como si no hubiera existido una revolución tecnológica. Hoy tenemos Google y
está todo el conocimiento al alcance de un clic en Internet. (...) Tenemos que
enseñar a los niños a aprender cómo aprender más", sostuvo.
Otros puntos describió y que se incluyen en su "Decálogo
para el primer mundo", están: la profundización del modelo económico
centrado en la libertad humana; no hacer daño procurando cuidar lo que ya
tenemos; avanzar en la microeconomía, eliminando leyes y trabas; mejorar los
códigos del trabajo no centrándose en la protección de los sindicatos sino que
en la mejora de las condiciones del trabajo; y desarrollar un mercado pro
mercado y pro libertad que combata los monopolios y la corrupción.
Los tres puntos restantes que nombró Piñera son una reforma
radical del Estado ("el fisco, la salud, se manejan con criterios del
siglo 19"); reafirmar el compromiso con la paz latinoamericana, respetando
tratados y compromisos pues "es impensable que en América Latina podamos
tener conflictos".
"Yo no creo en la Celac, en la Unasur, en las reuniones
en las cumbres porque de ellas no surge casi nada". En ese sentido hay que
fomentar la libre circulación en América Latina, por ejemplo.
Finalmente, el último punto del decálogo es valorar la
cultura del emprendimiento, la iniciativa individual y la innovación.
"Es difícil de hacer, porque es un cambio cultural pero es evidente que en nuestras escuelas, en nuestras parroquias, en nuestros congresos debemos valorar la cultura del emprendimiento", concluyó.
"Es difícil de hacer, porque es un cambio cultural pero es evidente que en nuestras escuelas, en nuestras parroquias, en nuestros congresos debemos valorar la cultura del emprendimiento", concluyó.